Las imágenes de Wilmes y Mascaux poseen esta extraña capacidad para tener éxito en visualizar paradojas tan improbables como para hacer el silencio ensordecedor y el sonido inaudible. Trabajar en el territorio como lo hacen equivale a cuestionar implícitamente las nociones de tiempo y espacio, a través de diversos medios como la fotografía, el video o el sonido. Lo que sea que sean fijas o animadas, sus imágenes cantan espacio así como el sonido o silencio que las acompaña. Sobre la base de imágenes que registran la realidad tangible de las falsas zonas desérticas, Wilmes y Mascaux cuestionan la fugacidad (o la presunción) de una civilización cuyas cicatrices deja en la naturaleza no abogan en su favor. Bernard Marcelis