“Hay días que llegan en emboscada y rasgan el resto de la vida.
Dos meses después del parto de mi hijo Ángel, hace cinco años, empecé a construir esta historia que me ha salvado la vida. Me sumerjo en un proceso de instrospección profunda para dar al proyecto el tiempo y la forma que necesita, que merece. Poco a poco las palabras fueron emergiendo y a lo largo de estos años, se han ido moldeando a mi proceso, a ese tipo de inmersión que permite llegar más hondo, más cerca del nudo del dolor, de la necesidad de darle forma, contármelo a mi misma y contarlo a otros. La escritura ha sido espacio de reflexión, detonante de nuevas imágenes, hilo conductor y contrapunto de la narrativa visual. Hay imágenes que solo pueden existir como texto.
Ángel murió el 23 de enero de 2019, debido a una complicación durante la semana 27 del embarazo. Vivir su muerte me permite conectar con mi madre, con mi llinaje, me otorga una nueva voz y el derecho para contar la muerte de mi hermano Miguel, a causa de un suicidio 23 años antes, el 23 de junio de 1996.
Ángel Miguel es un proyecto de fotolibro que aborda el tema de la muerte de los hijos y las huellas que una pérdida así deja en quienes los sobreviven. Una pérdida contra natura, que se enfrenta a una laguna léxica, pues no existe una palabra para nombrar a los padres de los hijos muertos. Entre imágenes y textos, se devela un complejo tejido para poder compartir la intensa experiencia del encuentro con dos muertes que marcaron mi vida, las historias indisolubles de Ángel y Miguel, mi hijo y mi hermano.
¿Cuántos no hay latido en cada familia? ¿Cuántas muertes silenciadas? ¿Cuántos duelos invisibles?
Ángel Miguel es el universo en que ellos dos existen. Es la frontera entre el siempre y el jamás, la frontera entre el recordarlos siempre, aunque no volvamos a tenerlos jamás. “
Isabel Moreno