"Refiriéndose a las zonas fronterizas terrestres entre el mar y la tierra como lugares para habitar y domesticar, cuando se transforman en forzados «domus» para los hombres y las mujeres que emigran a buscar refugio en otras vidas potenciales, llevado a cuestiones políticas dramáticas. Las áreas fronterizas y el mar mismo se convierten en patrias temporales donde los estados literalmente y violentamente almacenan seres humanos mantenidos en un estado indefinido de transición y excepción. Aquí vemos la complejidad del tratamiento estético del desarraigo y la vigilancia en un momento en que se están practicando política y socialmente de manera cada vez más perversa.

[…] En este complejo compuesto de puertos y naves, a pesar de los acantilados, el océano y el cielo, el espacio está totalmente controlado y controlado por el dispositivo de gestión del movimiento de personas y cosas. No tenemos nada que ver con eso. El tiempo y por lo tanto nuestro tiempo individual, también está completamente controlado, hecho funcional entre las colas, el embarque, el consumo, al igual que los datos temporales de un archivo de sonido o imagen. Extracto de una conversación entre Michela Sacchetto y Michel Couturier."